Dr. Héctor Saldaña Aldana

            




Biografía

Nacido el 1° de abril de 1953 en la Ciudad de México.

Desde que inicié mis estudios elementales (educación primaria) tuve facilidad y gusto por las matemáticas, por ello mis padres consideraron que la mejor opción para continuar mis estudios en el nivel secundaria era en el Instituto Politécnico y así fue como ingresé a la Escuela Prevocacional 6, la cual estaba ubicada en la Unidad del Caso de Santo Tomás, en donde obtuve una beca de la Institución. En esta escuela pude identificar dos intereses más: la Física y la Química. No obstante, las clases que más me gustaban eran las de dibujo técnico y fue allí en donde gané un concurso para diseñar el logo de la escuela.

Al concluir este nivel, ingresé a la Vocacional 2, teniendo allí también excelentes profesores, algunos de ellos ingenieros militares. Posteriormente, a la edad de 18 años, ingresé a la Escuela Superior de Física y Matemáticas, en donde me encontré con un mundo totalmente diferente a mi experiencia previa con la Física y sobre todo con las Matemáticas. Su complejidad se elevó, el formalismo surgió y el método científico se manifestó en su máximo esplendor. Tuve muy buenos profesores y de entre ellos tuve la oportunidad de conocer al prestigiado maestro en el ámbito de la Computación en México, el Dr. Harold V. McIntosh, con quien estudié los cursos de la Academia de Matemáticas Aplicadas y trabajé con él durante algunos años aprendiendo muchos temas de vanguardia para su tiempo, tanto de Ciencias Computacionales como de Física y Matemáticas aplicadas y sobre todo una filosofía de trabajo. También allí conocí a Honorato Teissier, quien fue primero mi profesor y luego mi amigo y compañero de trabajo en una parte de mi vida profesional.

Siendo aún estudiante me contrataron en la Escuela Superior de Física y Matemáticas (ESFM) para encargarme de los sistemas de cómputo PDP-8 e IBM-1130 localizados en el Centro Nacional de Cálculo (CENAC) del IPN y dar así apoyo a los estudiantes de la escuela en el uso y operación de dichos sistemas. En ese momento tuve que renunciar a mi beca que tenía desde que entré al IPN (al parecer por incompatibilidad de funciones). En ese mismo tiempo también empecé a trabajar en el Departamento de Cómputo del Instituto Nacional de Energía Nuclear (INEN) (luego Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares), en donde tuve la magnífica oportunidad de utilizar uno de los mejores sistemas de cómputo que existían en su tiempo y único en América Latina, un DECSystem-10 y además otros sistemas de cómputo muy especializados en procesos gráficos y de transacciones y al mismo tiempo estar colaborando con el grupo de investigación del Dr. McIntosh. Mi tesis de licenciatura trató sobre el potencial de aplicaciones que puede tener el Compilador de Expresiones Regulares, inventado por el Dr. McIntosh, lo cual inclusive reconoció el propio Ullman, años después. Esta tesis, que fue asesorada por el Dr. Arturo Cisneros y leída por los doctores Gerardo Cisneros, Isidro Romero y Leonel Torres, quedó registrada en la Dirección General de Derechos de Autor de la SEP.

En 1976, debido a la intolerancia política de ese tiempo, ese grupo de investigación se tuvo que mover del área metropolitana de la Ciudad de México hacia la Ciudad de Puebla, a la Universidad Autónoma de Puebla, ubicándose en el Centro de Cálculo “Joel Arriaga” y allí también como docentes atendíamos los cursos del Colegio de Computación de la Escuela de Ciencias Físico Matemáticas de la propia Universidad.

Esta experiencia teórico-laboral me permitió que, tiempo después, en 1982-84 tuviera la oportunidad de trabajar para la Planta Nucleoeléctrica Laguna Verde de la CFE, bajo los auspicios del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares.

En 1984, se abrió el programa de doctorado en Computación del CINVESTAV en donde lo inauguré junto con Sergio Chapa y Manuel González, bajo los auspicios del ampliamente reconocido Dr. Adolfo Guzmán Arenas, fundador y promotor de la Sección de Computación del Departamento de Ingeniería Eléctrica.

Durante mis estudios de doctorado, fui becado por el CONACyT y apoyé los cursos de la Maestría. Inicié mi tema de investigación, sobre la “Completitud de los Sistemas de Planeación Automática”, con el Dr. Zdenek Zdrahal y lo concluí bajo la dirección del Dr. Guillermo Morales en 1989, siendo así el primer egresado del programa de doctorado en Computación.

Este logro académico, que obviamente, no es sólo mío, sino de toda la pléyade de docentes que me formaron, de grupo de doctores que me asesoraron en el desarrollo de mi investigación y de la tolerancia de mi familia, me abrió múltiples puertas: Como docente he trabajando para el CINVESTAV, el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, en sus Campus Estado de México y Ciudad de México, en su Universidad Virtual, el Centro de Investigación en Cómputo del IPN y he tenido la oportunidad de brindar apoyo académico a otras universidades privadas como son la del Valle de México, la Universidad Tecnológica de México, la Universidad Justo Sierra, y en Tecmilenio, universidad dependiente del Tecnológico de Monterrey.

Entre 1994 y 1999 tuve la enorme experiencia de fundar 2 empresas, una dedicada a la Asesoría y Consultoría en Sistemas de Cómputo y la otra en Mercadotecnia, las cuales estuvieron bajo mi dirección hasta que en fui contratado por Afore Garante como Director de Sistemas y Tecnología. Otro rubro en el que me he desempeñado es como consultor en algunas empresas de consultoría en Tecnologías de Información.

Es por todo lo anterior, que es mi experiencia laboral y profesional, y la que he observado en otros colegas egresados del IPN, que me he percatado que los egresados del Instituto Politécnico Nacional y en particular del CINVESTAV, somos muy bien valorados, y se nos abren la puertas, tanto de los organismos públicos como de las empresas privadas en todos los niveles y sectores sociales y económicos. De ahí que, aunque me encuentre empleado por una institución de carácter privado, siempre he llevado con orgullo el bagaje teórico cultural que me dejó mi alma mater, el Instituto Politécnico Nacional.